Tercera entrega del concurso.
Estos son los microrrelatos de hoy:
G -"LO QUE EL FÚTBOL UNIÓ" de J.Alberto.
H -"EL MEJOR" de Manuel Monsó.
I -"RENUNCIAS" de Elena Marqués.
G -"LO QUE EL FÚTBOL UNIÓ" de J.Alberto.
En Cazadores de los Corrales dos equipos mantenían una irreconciliable enemistad por varios sucesos del pasado: la SAD Cazadores y el CD Nuevos Corrales. Aquel pueblo se enfrentaba a la venida de una oleada de inmigrantes con el inconveniente de que no había para ellos ningún centro de acogida adaptado. A pesar de la rivalidad de ambos clubes, acordaron formar un combinado de los mejores jugadores de ambos equipos, que se enfrentarían a un conjunto de estrellas mundiales con el objetivo de recaudar fondos para rehabilitar una vetusta nave de textiles y así dar cobijo a los inmigrantes que más lo necesitasen. Todo ello encontró respaldo en el alcalde de la Región Central, consciente de los desequilibrios demográficos a los que aquel pueblo debía hacer frente.
Dos semanas después, el Gran Estadio de la Región Central, con más de cien mil localidades, acogió tan solidario encuentro entre el Combinado Cazadores-Nuevos Corrales y Estrellas Mundiales. Aquel 2-7 que reflejó el marcador al término del encuentro fue lo que menos importó al público, que animaba y aplaudía constantemente cada una de las jugadas, detalles deportivos y goles que presenciaron durante aquella gloriosa tarde. Quiso la providencia que se registrase un lleno absoluto.
Pasado un año de aquel encuentro, el centro de acogida de inmigrantes era toda una realidad. Aquella tierra descuidada de antaño resplandecía ahora por el verde de sus jardines, que custodiaban una estructura con las puertas abiertas a cualquier tipo de labor social y humanitaria.Una de las salas de aquel centro quedó relegada a convertirse en un pequeño museo que reproducía fotografías, crónicas y vídeos de aquel encuentro.
El fútbol, en noventa minutos y con el esfuerzo de un irrisorio porcentaje de la población mundial, manifestó sentimientos de unión y reconciliación de donde había distancia e impotencia. Desde aquel entonces, ambos conjuntos jamás volvieron a enemistarse y el centro de acogida de inmigrantes lució como un haz de esperanza para todos.
H -"EL MEJOR" de Manuel Monsó.
Hace apenas unos días me encontré por la calle a Jerónimo. Me costó reconocerle porque su aspecto era lamentable. Sus ropas estaban sucias, raídas, y su rostro demacrado mostraba una barba de varios días. Nada en él recordaba al maravilloso jugador de fútbol que había sido.
Jerónimo poseía un regate endiablado, un toque de pelota asombrosamente preciso y una visión de la jugada fuera de lo común. No es extraño que varios equipos de primera línea se lo disputasen denodadamente hasta que firmó por uno de ellos. Jerónimo llegó a lo más alto y podía haberse mantenido en la cima, quien sabe si indefinidamente, pero le ocurrió algo que cambio su vida.
La fama y la fortuna le sonreía. Todos los medios de comunicación se ocupaban de él y no le escatimaban los mejores elogios. Pero, de pronto, sucedió algo incomprensible. Jerónimo empezó a deambular por el terreno de juego como un sonámbulo. Comenzó a fallar goles cantados, a perder pelotas tontas, a bacilar en las jugadas decisivas como si no supiera qué hacer con el balón. Naturalmente, los elogios se volvieron críticas y hasta sus más fervientes seguidores terminaron por abuchearle sin miramientos, exigiendo que fuera apartado del equipo. Es más, ante tal estado de cosas, la directiva del club, no solamente le rescindió el contrato, sino que le demandó ante los tribunales acusándole de venderse a los equipos rivales. Aquello significó su completa ruina deportiva y económica, ya que no volvió a ficharle ni siquiera el más modesto de los equipos.Y, sin embargo, la realidad es que a Jerónimo no se le podía acusar de nada deshonroso.
Cierto día, cuando acababa de marcar un gol magnífico en campo contrario, vio entre el público a un niño de corta edad, sentado en las rodillas de su padre, llorando amargamente a causa de aquel tanto y gritándole: ¡malo, malo, eres malo! A partir de este triste suceso, cada vez que Jerónimo tenía que chutar contra la portería contraria pensaba que podía haber otros niños como aquel viendo como goleaba a su equipo preferido, o a los padres de los niños contemplando desesperados como lloraban sus pequeños sin poder hacer nada para remediarlo, o a los abuelos de los niños soportando impotentes el sufrimiento de sus familia. Eso sin contar con la madre del guardameta a quien había marcado el tanto, o a la mujer del guardameta, o a sus tiernos hijos, o a los abuelos… ¡todos llorando!.
Fué superior a sus fuerzas. Nunca más volvió a marcar ningún gol, ni repitió jamás sus geniales regates para no dejar en ridículo a ningún jugador contrario ante sus hijos, sus padres o sus abuelos. Renunció incluso a colaborar con el resto del equipo a ganar más partidos, pensando en la enorme cantidad de gente que podía sentirse desgraciada por su culpa. Y así terminó su carrera futbolística un buen jugador que prefirió ser un jugador… bueno.
I -"RENUNCIAS" de Elena Marqués.
Mario se ha levantado sin demasiadas ganas. Nunca las tiene desde hace un tiempo. Además, ayer se acostó tarde, después de un día agotador. Como el Rambo de la película, no se sentía las piernas.
Se quema el paladar con la leche. Se le escapa un leve gruñido, casi imperceptible, que Verónica, ocupada en sus eternos menesteres, obvia. Mario unta de mantequilla las tostadas, con parsimonia exasperante, pero debe hacerlo él. Mastica poniendo mucha atención. Va a llegar tarde.
Sale para el colegio con su chándal de la suerte. Es azul, como casi todos, con la consabida franja lateral que lo recorre de arriba abajo. En su caso, al ir sentado en una silla de ruedas, hace un perfecto ángulo recto a la altura de las rodillas y se encoge un poco sobre el calzado deportivo.
Mario es profesor. De Educación Física. Antes, además, entrenaba al equipo del colegio. Están federados y son el orgullo del director. Sus compañeros se esfuerzan por que olvide, por que se sienta bien. Ya hace bastante tiempo que pasó, lo del accidente. Es hora de hacer borrón y cuenta nueva.
Pero Mario no olvida. Es más, cada día que pasa, recuerda perfectamente cómo fue y cómo podía haberse evitado.
Llovía. Todo el equipo había viajado ya. Lo esperaban en las horas siguientes. Verónica no pasaba por que esta vez volviera a escaparse todo el fin de semana. Y más con el cumpleaños de su padre. No se puede estar siempre desairando a la familia.
Mario acudió a la cena. Como otras veces, habló poco. Le fastidia abandonar su ocupación favorita por dos viejos y una prole aburrida y previsible en cada frase. Total, todos están a la espera del desenlace, por lo de la herencia.
Se acuestan peleados. Mario se levanta temprano, con su mismo cansancio. Sigue lloviendo y hay poca luz. Y él tiene prisa.
Los días de hospital son eternos. Verónica permanece a su lado todo el tiempo. Se entrena para una convalecencia dura y una eternidad juntos de reproches. Y ya no volverá a jugar.
Estos son los microrrelatos de hoy:
G -"LO QUE EL FÚTBOL UNIÓ" de J.Alberto.
H -"EL MEJOR" de Manuel Monsó.
I -"RENUNCIAS" de Elena Marqués.
G -"LO QUE EL FÚTBOL UNIÓ" de J.Alberto.
En Cazadores de los Corrales dos equipos mantenían una irreconciliable enemistad por varios sucesos del pasado: la SAD Cazadores y el CD Nuevos Corrales. Aquel pueblo se enfrentaba a la venida de una oleada de inmigrantes con el inconveniente de que no había para ellos ningún centro de acogida adaptado. A pesar de la rivalidad de ambos clubes, acordaron formar un combinado de los mejores jugadores de ambos equipos, que se enfrentarían a un conjunto de estrellas mundiales con el objetivo de recaudar fondos para rehabilitar una vetusta nave de textiles y así dar cobijo a los inmigrantes que más lo necesitasen. Todo ello encontró respaldo en el alcalde de la Región Central, consciente de los desequilibrios demográficos a los que aquel pueblo debía hacer frente.
Dos semanas después, el Gran Estadio de la Región Central, con más de cien mil localidades, acogió tan solidario encuentro entre el Combinado Cazadores-Nuevos Corrales y Estrellas Mundiales. Aquel 2-7 que reflejó el marcador al término del encuentro fue lo que menos importó al público, que animaba y aplaudía constantemente cada una de las jugadas, detalles deportivos y goles que presenciaron durante aquella gloriosa tarde. Quiso la providencia que se registrase un lleno absoluto.
Pasado un año de aquel encuentro, el centro de acogida de inmigrantes era toda una realidad. Aquella tierra descuidada de antaño resplandecía ahora por el verde de sus jardines, que custodiaban una estructura con las puertas abiertas a cualquier tipo de labor social y humanitaria.Una de las salas de aquel centro quedó relegada a convertirse en un pequeño museo que reproducía fotografías, crónicas y vídeos de aquel encuentro.
El fútbol, en noventa minutos y con el esfuerzo de un irrisorio porcentaje de la población mundial, manifestó sentimientos de unión y reconciliación de donde había distancia e impotencia. Desde aquel entonces, ambos conjuntos jamás volvieron a enemistarse y el centro de acogida de inmigrantes lució como un haz de esperanza para todos.
H -"EL MEJOR" de Manuel Monsó.
Hace apenas unos días me encontré por la calle a Jerónimo. Me costó reconocerle porque su aspecto era lamentable. Sus ropas estaban sucias, raídas, y su rostro demacrado mostraba una barba de varios días. Nada en él recordaba al maravilloso jugador de fútbol que había sido.
Jerónimo poseía un regate endiablado, un toque de pelota asombrosamente preciso y una visión de la jugada fuera de lo común. No es extraño que varios equipos de primera línea se lo disputasen denodadamente hasta que firmó por uno de ellos. Jerónimo llegó a lo más alto y podía haberse mantenido en la cima, quien sabe si indefinidamente, pero le ocurrió algo que cambio su vida.
La fama y la fortuna le sonreía. Todos los medios de comunicación se ocupaban de él y no le escatimaban los mejores elogios. Pero, de pronto, sucedió algo incomprensible. Jerónimo empezó a deambular por el terreno de juego como un sonámbulo. Comenzó a fallar goles cantados, a perder pelotas tontas, a bacilar en las jugadas decisivas como si no supiera qué hacer con el balón. Naturalmente, los elogios se volvieron críticas y hasta sus más fervientes seguidores terminaron por abuchearle sin miramientos, exigiendo que fuera apartado del equipo. Es más, ante tal estado de cosas, la directiva del club, no solamente le rescindió el contrato, sino que le demandó ante los tribunales acusándole de venderse a los equipos rivales. Aquello significó su completa ruina deportiva y económica, ya que no volvió a ficharle ni siquiera el más modesto de los equipos.Y, sin embargo, la realidad es que a Jerónimo no se le podía acusar de nada deshonroso.
Cierto día, cuando acababa de marcar un gol magnífico en campo contrario, vio entre el público a un niño de corta edad, sentado en las rodillas de su padre, llorando amargamente a causa de aquel tanto y gritándole: ¡malo, malo, eres malo! A partir de este triste suceso, cada vez que Jerónimo tenía que chutar contra la portería contraria pensaba que podía haber otros niños como aquel viendo como goleaba a su equipo preferido, o a los padres de los niños contemplando desesperados como lloraban sus pequeños sin poder hacer nada para remediarlo, o a los abuelos de los niños soportando impotentes el sufrimiento de sus familia. Eso sin contar con la madre del guardameta a quien había marcado el tanto, o a la mujer del guardameta, o a sus tiernos hijos, o a los abuelos… ¡todos llorando!.
Fué superior a sus fuerzas. Nunca más volvió a marcar ningún gol, ni repitió jamás sus geniales regates para no dejar en ridículo a ningún jugador contrario ante sus hijos, sus padres o sus abuelos. Renunció incluso a colaborar con el resto del equipo a ganar más partidos, pensando en la enorme cantidad de gente que podía sentirse desgraciada por su culpa. Y así terminó su carrera futbolística un buen jugador que prefirió ser un jugador… bueno.
I -"RENUNCIAS" de Elena Marqués.
Mario se ha levantado sin demasiadas ganas. Nunca las tiene desde hace un tiempo. Además, ayer se acostó tarde, después de un día agotador. Como el Rambo de la película, no se sentía las piernas.
Se quema el paladar con la leche. Se le escapa un leve gruñido, casi imperceptible, que Verónica, ocupada en sus eternos menesteres, obvia. Mario unta de mantequilla las tostadas, con parsimonia exasperante, pero debe hacerlo él. Mastica poniendo mucha atención. Va a llegar tarde.
Sale para el colegio con su chándal de la suerte. Es azul, como casi todos, con la consabida franja lateral que lo recorre de arriba abajo. En su caso, al ir sentado en una silla de ruedas, hace un perfecto ángulo recto a la altura de las rodillas y se encoge un poco sobre el calzado deportivo.
Mario es profesor. De Educación Física. Antes, además, entrenaba al equipo del colegio. Están federados y son el orgullo del director. Sus compañeros se esfuerzan por que olvide, por que se sienta bien. Ya hace bastante tiempo que pasó, lo del accidente. Es hora de hacer borrón y cuenta nueva.
Pero Mario no olvida. Es más, cada día que pasa, recuerda perfectamente cómo fue y cómo podía haberse evitado.
Llovía. Todo el equipo había viajado ya. Lo esperaban en las horas siguientes. Verónica no pasaba por que esta vez volviera a escaparse todo el fin de semana. Y más con el cumpleaños de su padre. No se puede estar siempre desairando a la familia.
Mario acudió a la cena. Como otras veces, habló poco. Le fastidia abandonar su ocupación favorita por dos viejos y una prole aburrida y previsible en cada frase. Total, todos están a la espera del desenlace, por lo de la herencia.
Se acuestan peleados. Mario se levanta temprano, con su mismo cansancio. Sigue lloviendo y hay poca luz. Y él tiene prisa.
Los días de hospital son eternos. Verónica permanece a su lado todo el tiempo. Se entrena para una convalecencia dura y una eternidad juntos de reproches. Y ya no volverá a jugar.
Saludos. VISCA EL BARÇA!
(imagen propiedad de su autora)
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7 comentarios:
Elena Marqués es la primera mujer que te manda estos escritos para que postees???
saludos, muy buenos los 3
Estan bien los tres, pero sobre todo me ha gustado el titulado "El mejor".
Con respecto al post anterior creo que es igual de importante para ambos, el Barça se juega un titulo que es la liga, y el Espanyol lo que para ellos es otro titulo que es hacer tropezar al Barça,
Me encantaron muchos los relatos, pero me quedo con "El mejor".
Saludos.
"El mejor" es muy bueno. Saludos.
Hola Esteban, Odiealex, Gabriela y Noé!
Todos están muy bien.
@ a Esteban: No. En esta edición hay cuatro mujeres que participan, y en la anterior también hubo representación femenina.
Me gusta la apuesta de este blog por la literatura deportiva. un abrazo.
Hola Fernando!
Estamos de acuerdo ;)
saludos
sílvia
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